La democracia, como sistema político, ha sido objeto de preocupación en tiempos recientes debido al surgimiento de personalidades narcisistas y con tendencias autoritarias en el poder. Como psicólogo diplomado en Derechos Humanos y Ciencias Políticas, considero importante entender por qué estas figuras carismáticas representan un peligro para la libertad y la estabilidad de nuestras sociedades.
El atractivo de las personalidades narcisistas y autoritarias:
Las personalidades narcisistas tienen la capacidad de cautivar a las masas gracias a su habilidad retórica excepcional y su fuerte presencia mediática. Estos líderes carismáticos proyectan confianza y seguridad, ofreciendo soluciones simplistas a problemas complejos. Su estilo de liderazgo autoritario atrae a aquellos que buscan líderes fuertes y directivos, dispuestos a tomar decisiones sin considerar la opinión de los demás.
Sin embargo, este atractivo inicial puede volverse una amenaza para la democracia. Las personalidades narcisistas suelen ser egocéntricas y centradas en su propio interés, lo que puede conducir a la negligencia de los derechos y las libertades de los ciudadanos, socavando así los fundamentos de la democracia.
Los peligros para la democracia:
Existen diversos peligros asociados con el ascenso de líderes narcisistas y autoritarios en el ámbito político. Estos incluyen la supresión de la disidencia, el debilitamiento de las instituciones democráticas, la polarización y la división, así como la manipulación de la información.
La supresión de la disidencia es una característica común de los líderes narcisistas y autoritarios. Buscan silenciar o reprimir a quienes se oponen a ellos, atacando a la oposición política, restringiendo la libertad de expresión y socavando la libertad de prensa. Esto crea un clima de temor y autocensura que pone en riesgo la democracia.
Estos líderes también tienden a debilitar las instituciones democráticas para consolidar su propio poder. Desestabilizan el poder judicial, el sistema de justicia y los mecanismos de control y equilibrio con el fin de concentrar el poder en sus manos. Esto erosiona la separación de poderes y debilita la rendición de cuentas, pilares fundamentales de la democracia.
Además, las personalidades narcisistas aprovechan las divisiones existentes en la sociedad para fortalecer su apoyo. Fomentan la polarización y el enfrentamiento, creando un clima de confrontación constante entre diferentes grupos. Esto socava la cohesión social necesaria para el funcionamiento efectivo de la democracia.
Otro peligro radica en la manipulación de la información por parte de estos líderes. Utilizan tácticas de desinformación y propaganda para controlar la narrativa pública. Desacreditan a los medios de comunicación independientes y difunden información falsa para distorsionar la realidad y mantener a la población desinformada y manipulada.
Ahora bien, ¿por qué las personas eligen a líderes autoritarios?
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, ofreció algunas perspectivas valiosas al respecto. Según Freud, los seres humanos tienen una tendencia innata a buscar un líder fuerte y protector que los guíe y les brinde seguridad. Esta necesidad surge de nuestra infancia, cuando dependíamos de nuestros padres para protección y cuidado. En la vida adulta, esta necesidad puede manifestarse en la búsqueda de líderes autoritarios que representen una figura paterna poderosa y protectora.
Freud también señaló que el complejo de Edipo puede influir en la elección de líderes autoritarios. Durante el complejo de Edipo, los niños desarrollan sentimientos de atracción y rivalidad hacia sus padres. Algunos individuos pueden proyectar estos deseos en líderes autoritarios, subordinándose a ellos y buscando identificarse con su poder.
Asimismo, Freud argumentaba que los seres humanos experimentan una ambivalencia innata hacia la autoridad. Deseamos ser libres y tener autonomía, pero al mismo tiempo, sentimos temor a la responsabilidad y al caos que puede surgir de la libertad absoluta. Algunas personas pueden sentirse atraídas por líderes autoritarios que les brinden estructura y orden, aliviando así su miedo a la incertidumbre y la toma de decisiones.
Guía para evitar líderes autoritarios y narcisistas
Para evitar elegir líderes autoritarios y narcisistas, es fundamental estar alerta y seguir algunas pautas. Es importante investigar el historial y las acciones pasadas de los candidatos, observando si han mostrado tendencias autoritarias, intolerancia hacia la crítica o desprecio por los derechos y las libertades fundamentales.
También es necesario analizar el discurso y el estilo de liderazgo de los candidatos. Presta atención a si se centran excesivamente en sí mismos, si exageran sus logros y si prometen soluciones rápidas y sencillas para problemas complejos. Observa si demuestran una actitud de escucha y respeto hacia los demás, o si tienden a desvalorizar o ridiculizar a aquellos que no están de acuerdo con ellos.
Asimismo, es importante observar la actitud del candidato hacia la crítica y la libertad de prensa. Los líderes autoritarios suelen tener una aversión a la crítica y buscan silenciar a los críticos. Observa cómo reacciona el candidato ante preguntas difíciles o críticas legítimas.
Evalúa también el respeto del candidato por las instituciones democráticas. Aquellos que valoran la democracia fortalecen y respetan las instituciones democráticas, como el poder judicial, los sistemas de control y equilibrio, y los mecanismos de rendición de cuentas. Considera si el candidato ha demostrado respeto por estas instituciones o si ha intentado debilitarlas o socavar su independencia.
Por último, observa la postura del candidato hacia la diversidad, los derechos humanos y la igualdad de oportunidades. Los líderes narcisistas y autoritarios suelen promover una visión polarizada y excluyente de la sociedad. Evalúa si el candidato respeta y valora la diversidad, los derechos humanos y la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, sin importar su origen étnico, género, religión u orientación sexual.
Recuerda que la responsabilidad de preservar la democracia recae en los votantes. Al ejercer tu derecho al voto, considera cuidadosamente las características y acciones de los candidatos y elige aquellos que demuestren un compromiso genuino con los valores democráticos y el respeto por los derechos y las libertades fundamentales de todos los ciudadanos. Tu participación activa y consciente en el proceso democrático es esencial para evitar los peligros que las personalidades narcisistas y autoritarias representan para la democracia y la estabilidad de nuestras sociedades.
Autor: David Jaramillo